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Blog/Artículos/Las Diferencias de Género Están Grabadas en el Cerebro

Samuel Adrián

"La solución no es fingir que todos somos iguales. Es entender nuestras diferencias para ayudar a cada niño —y cada niña— a desarrollarse al máximo."

"La solución no es fingir que todos somos iguales. Es entender nuestras diferencias para ayudar a cada niño —y cada niña— a desarrollarse al máximo."

Un estudio reciente de la Universidad de Stanford utilizó inteligencia artificial para analizar la actividad cerebral de más de 1,500 adultos jóvenes. Lo que encontraron fue contundente: el patrón de actividad cerebral en reposo de una mujer no se parece en nada al de un hombre. Sin punto medio. El cerebro de un hombre funciona distinto al de una mujer... incluso desde antes de nacer.

Y hay más: los investigadores descubrieron que las conexiones cerebrales que predicen la inteligencia en los hombres no sirven para predecir la inteligencia en mujeres. Y viceversa. ¿Qué significa eso? Que incluso nuestros procesos mentales, la forma en que aprendemos o razonamos, están marcados por el sexo biológico.

Algunos críticos woke, intentaron desacreditar el estudio diciendo: “¡Todos los participantes crecieron en culturas patriarcales!”. Pero la realidad es que su argumento ignora algo crucial: ya existían estudios que mostraban diferencias cerebrales entre niños y niñas... antes de nacer. Dentro del vientre materno.

Así es que no, las diferencias entre hombre y mujer no son una construcción social. Son una realidad biológica. Negarlas no nos hace progresistas. Nos hace ignorantes.

¿Y qué tiene que ver todo esto con la familia? Mucho.

Leonard Sax, médico de familia y psicólogo cuenta que el ha visto de primera mano como es que estas diferencias impactan la crianza. Una madre le decía:

“Mi hija de 18 meses hablaba todo el día. Jugábamos a platicar. Pero mi hijo… nada. Estoy preocupada”.

Y le Leonard le explicó: no compares a tu hijo con tu hija. Compara a tu hijo con otros niños. Porque las niñas, en promedio, desarrollan el lenguaje antes. No es un defecto. Es una diferencia.

Sax dice que las niñas alcanzan la mitad del desarrollo cerebral a los 11 años poro los niños lo hacen casi hasta los 15. Eso no los hace inferiores. Pero sí exige una crianza y trato distinto.

Leonard cuenta que ha visitado cientos de escuelas y que en muchas de ellas, los niños ya a los 8 años sienten que “son tontos”, que “la escuela es para niñas”. Pero ¿Por qué? Pues porque les exigen lo mismo, de la misma forma, al mismo tiempo... ignorando las distinciones en su diseño.

La solución no es fingir que todos somos iguales. Es entender nuestras diferencias para ayudar a cada niño —y cada niña— a desarrollarse al máximo.

Entonces, ¿cuál es el reto?

Entender las diferencias. Celebrarlas. Y al mismo tiempo, garantizar los mismos derechos y oportunidades. Que una mujer pueda ser científica, maestra o madre de tiempo completo si así lo desea. Y que un hombre pueda liderar una empresa, cuidar a sus hijos o servir en cualquier vocación con honra y dignidad.

Pero para lograr eso, tenemos que dejar de negar lo evidente.

La verdad no discrimina. La verdad libera.

Fuentes
Investigadores de Standford: http://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2310012121
¿Quién es Leonard Sax?: https://www.psychologytoday.com/mx/colaboradores/leonard-sax