Daniel González
"Muchos padres viven con el temor constante de lo que sus hijos puedan ver. Y claro, es válido. Pero el verdadero peligro no es lo que entra por los ojos… sino lo que no haya sido formado en el corazón."
"Muchos padres viven con el temor constante de lo que sus hijos puedan ver. Y claro, es válido. Pero el verdadero peligro no es lo que entra por los ojos… sino lo que no haya sido formado en el corazón."
Vivimos en una época en la que todo está al alcance de un clic… menos el carácter. Y es ahí donde muchos padres están perdiendo la batalla. Nos hemos enfocado tanto en controlar lo externo, en instalar filtros, bloquear redes, evitar ciertas amistades, que olvidamos lo esencial: formar el corazón de nuestros hijos para que puedan resistir, incluso cuando nosotros no estemos ahí.
Porque vamos a ser honestos: no puedes proteger a tu hijo de todo lo que hay allá afuera. Pero sí puedes prepararlo para enfrentarlo.
Hoy más que nunca, los niños están expuestos a ideologías, imágenes y estilos de vida que contradicen todo lo que muchos hogares quieren enseñar. La hipersexualización en redes, la confusión de identidad promovida como progreso, el desprecio por el esfuerzo y la autoridad y la satisfacción instantánea… todo eso es parte del aire cultural que respiran a diario.
Según un estudio de Common Sense Media, los adolescentes llegan a consumir hasta 8 horas y 39 minutos diarios de entretenimiento en pantallas. Claro que no podemos revisar todo lo que ven.
Porque incluso sin en casa estuviéramos al lado de ellos todo el tiempo… ¿qué pasa cuando estén solos? ¿En casa de un amigo? ¿Cuando crezcan y ya no puedas revisar su teléfono?
Es por esto que la respuesta no está en intentar controlar todo. Está en formar el criterio interno.
No hay software que sustituya a un padre presente. No hay control parental más poderoso que una conversación constante, una relación de confianza y un ejemplo congruente.
Theodore Roosevelt dijo: “El carácter es mucho más importante que el intelecto para hacer de un hombre un buen ciudadano”. Y tenía razón.
Los filtros bloquean por fuera. El carácter bloquea desde adentro.
Hay diversos estudios que han demostrado que los niños que tienen conversaciones familiares profundas y frecuentes tienden a desarrollar un mayor sentido moral y capacidad de juicio propio . En otras palabras: lo que se habla en casa moldea lo que resisten afuera.
El enemigo más grande no es el mundo. Es la ausencia de fundamento.
No podemos cambiar el mundo… pero podemos formar hijos con raíces profundas. Y eso no comienza el día que entran a secundaria. Comienza el día que los abrazas por primera vez.
Cuando hacemos esto, los niños desarrollan una identidad firme y valores claros que los hacen menos propensos a dejarse llevar por presiones sociales o tendencias culturales dañinas.
Entonces… ¿por qué no estamos invirtiendo más en eso?
Muchos padres viven con el temor constante de lo que sus hijos puedan ver. Y claro, es válido. Pero el verdadero peligro no es lo que entra por los ojos… sino lo que no haya sido formado en el corazón.
No se trata solo de apagar pantallas, sino de encender convicciones. De que sepan quiénes son, cuánto valen y por qué hay cosas a las que deben decir “no”, incluso cuando nadie los esté mirando.
¿Qué sucedería si criamos hijos a prueba del mundo?
La idea de que “los tiempos han cambiado” no puede ser excusa para bajar la guardia. Si el mundo es más caótico, entonces nuestros hogares deben ser más intencionales.
Necesitamos menos padres preocupados y más padres preparados. Menos filtros y más formación. Menos culpa y más presencia.
La crianza no es una fórmula perfecta. Pero hay principios que funcionan: hablar, escuchar, corregir, abrazar, enseñar, modelar. Lo que se siembra hoy, se cosecha mañana.
Y aunque no puedes decidir qué harán tus hijos cuando crezcan, sí puedes asegurarte de que sepan cómo discernir. Que tengan voz propia. Que tengan raíz.
Jesús dijo que “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno” . Porque al final, no sale lo que se reprime. Sale lo que se ha cultivado.
Fuente:
https://www.commonsensemedia.org/sites/default/files/research/report/8-18-census-integrated-report-final-web_0.pdf
https://www.cambridge.org/core/books/abs/talking-about-right-and-wrong/parentchild-conversations-as-contexts-for-moral-development/AEDEE683DBE01AA68B8777943ABADBB8?utm_source=chatgpt.com